Gorrión vicioso convive con la clientela de un bar

ANA ROMERO, Barakaldo

Se llama 'Txurri'. Tiene tan sólo siete meses, ya sabe lo que es flirtear con la bebida, es cleptómano y, por si fuera poco, está 'enganchado' a la nicotina. «Sólo fuma negro», asegura Arantza, madre adoptiva de este gorrión «sinvergüenza» que tiene revolucionados a los clientes del bar 'Obélix' de Barakaldo. «¡Es un bicho, pero le queremos con locura!», confiesan varios habituales del local.



'Txurri' nació en Sopelana. «Es de la margen derecha, pero no es pijo», bromean sus protectores. Cuando sólo tenía cuatro días se cayó del nido. «Un amigo nuestro lo recogió y se lo regaló a nuestra hija», explica Andoni, el dueño del establecimiento. Mucho cariño y una buena alimentación consiguieron revivir al gorrión, al que muchos no daban ni una semana de vida. «Estaba medio muerto. Al principio, le servíamos la comida con un palillo -recuerdan- Luego le dio por la bebida». Si un cliente pedía orujo de hierbas, Txurri se lanzaba y se adueñaba del 'chupito'. «También le iban los 'marianitos'. ¡Una vez se pilló una borrachera increíble!».



De todo, menos alpiste



Precoz donde los haya, el gorrión, insaciable, quiso probar sensaciones nuevas 'fumó' su primer cigarrillo. «Abre pitilleras y lo que se tercie», comenta un cliente mientras deja un paquete de tabaco en la barra para poner a prueba al pájaro. Como era de esperar, 'Txurri' se acerca a saltitos, extrae un cigarro y comienza a mordisquearlo saboreando la nicotina. «Le gustan más cuando están apagados, pero si tiene mucho 'mono' y te ve con uno encendido te lo 'chorizar'», apunta Arantza.



En cuanto a la comida, el pájaro se las trae. «Le encanta el marisco», afirman sus padrinos. Y lo que le vuelve realmente loco son los sandwiches de txaka con mucha mayonesa y el pepinillo». Por supuesto, tampoco le hace ascos a una buena alubiada. Patatas a la riojana, lentejas, arroz, Pasta, hamburguesas, chorizo o mortadela son otros de sus platos favoritos. «¿Qué si le gusta el alpiste? ¡Qué va! No lo soporta», señala la dueña.



Lo que sí le atrae es el color verde. Sobre todo, el de los billetes de 1000. «Si dejas uno en la barra, lo pilla y se lo lleva a la caja» -afirma un testigo-. Ahí donde le ves, tan chiquitín, es un cleptómano». y listo. porque cuando el billete es falso, ni se acerca; comprobado. También se dedica a esconder monedas, palillos y tabaco, colarse entre las hojas de los periódicos o cantar al ritmo de Thalía y la banda sonora de 'Gitano' «¡Además, es un dormilón. ¡Si se despierta a las once de la mañana!».



Aunque los dueños de varias pajarerías consultadas coinciden en señalar que los gorriones sólo saben vivir en libertad, lo cierto es que 'Txurri' es como un hijo cuarentón que no se separa de su madre ni a tiros. Una auténtica rareza.



Algunos clientes han llegado a ofrecer hasta 25.000 pesetas por tan curioso ejemplar, pero sus padrinos tienen muy claro que jamás se desprenderán de él. Sobre todo, ahora que se ha reconvertido y ha dejado la bebida por prescripción facultativa. «Se la prohíbo porque el veterinario me dijo que se iba a morir -reconoce Arantza-, aunque alguna vez ya le he pillado dándole al 'chupito'».

¡Qué Gorrión!!!