Increíble

10 millones de recompensa para quien de una pista acerca del agresor de un perro

El criminal más buscado de Estados Unidos asesinó a... un perro<br> Lo arrojó a la autopista tras discutir con su dueña por un accidente de tráfico
Publicada : 01/01/1995   /   Cazada por:   /   Comentarios (3)

ALFONSO ROJO -Corresponsal NUEVA YORK.

Es el hombre más buscado de Estados Unidos. Se ofrecen ya 10 millones
de pesetas a cualquiera que dé una pista que permita su captura y, cada
día, aumenta un millón la recompensa. La ira es general y honorables ciudadanos
de todos los rincones del país no cesan de enviar dinero al Leo Reward
Fund.

La policía ha diseñado un retrato robot, en el que se pinta al terrible
criminal como un hombre de unos 25 años, raza blanca y perilla, y esa
imagen es difundida en los informativos de televisión, en los periódicos
y por las calles. Se han hecho páginas en Internet y decenas de agentes
rastrean coches con matrícula de Virginia. La operación de caza y captura
es tremenda, al igual que el debate suscitado por el caso.

«Mi corazón late por esa pobre mujer», escribía uno de los lectores del
San Francisco Examiner, «la historia es tan trágica que me obsesiona;
ese conductor salvaje e irascible debería ser condenado a cadena perpetua».

La mujer a la que se refiere el autor de esa carta al director se llama,
Sara McBurnett, tiene 38 años y hace un mes se, dirigía al aeropuerto
de San Diego cuando un Ford Explorer de color oscuro la adelantó. Sara
no advirtió que se cerraba el semáforo y, cuando quiso darse cuenta, había
chocado contra el coche precedente. Nada grave, un simple abollamiento
del guardabarros, pero el conductor del Explorer se bajó a exigir explicaciones.

Ella se limitó a bajar la ventanilla. Empezaron a discutir y la mala suerte
quiso que Leo, excitado por las voces, asomara la cabeza por la ventanilla
e hiciera ruido. Sólo tenía 10 años y carecia de sentido del peligro.
Sin previo aviso el tipo metió la mano, agarró a Leo por él pescuezo,
tiró de él, lo sacó y lo arrojó en mitad del asfalto,

Después, se encaramó a, su Explorer y desapareció. Detrás quedaron el
pequeño cuerpo de Leo convertido en una sangrienta calcomanía por los
neumáticos de los vehículos y una compungida Sara McBurnett. «Yo quería
con locura a Leo; había sido mi mejor amigo durante 10 años», explica
llorosa Sara.

Al principio, el caso de Leo fue tomado como un suceso más, pero un reportero
del Washington Post se fijó en el asunto y estalló la polémica. Una amiga
de Sara decidió crear una página web en Internet y en las primeras 12
horas ya había recibido 7000 visitas. Cadenas de televisión como CNN o
ABC se lanzaron en tromba sobre el tema.

Obsesionados por castigar al culpable, los miembros de la Humane Society
de Santa Clara pensaron que lo más adecuado era ofrecer una generosa recompensa,
y abrieron, un fondo con 1.000 dólares. Ya han recolecta, dos millones.
«Nos inundan con llamadas telefónicas», explica satisfecha Leslie Baikie,
coordinadora de la Humane Society, «la gente no cesa de enviar dinero».

La policía ha removido Roma con Santiago para obtener copias de los permisos
de conducir de todos los automovilistas originarios de Virginia que circulan
por California, Nevada y aledaños. Dentro de un par de días, organizará
una sesión de reconocimiento de sospechosos.

«Estamos cerrando el círculo y creemos tener motivos para sentirnos optimistas
afirma radiante Rubens Dalaison, el portavoz del departamento de policía
de San José, «en los incidentes de tráfico en los que alguien reacciona
violentamente, se le acusa sólo de agresión, pero este caso es especial,
implica crueldad y tiene agravantes; estamos consultando con el fiscal
del distrito para incrementar la naturaleza del delito y encerrar a ese
tipo en prisión».

Hay quien ha girado dinero -desde Australia e incluso desde Noruega y
el número de los partidarios de un castigo ejemplar crece cada hora. Algún
sesudo columnista afirma sin pestañear que la resolución del caso Leo
ayudará a combatirla violencia. Lo que casi nadie subraya el que Leo era...
¡¡¡un perro!!!, un 'bichon frise' de pelo blanco, con una mancha negra
en el morro.

«El paranoico no es ese joven», escribe en el San José Mercury News uno
de los contados ciudadanos que se atreve, a disentir, «los perturbados
son todos esos que lloran desesperados por un chucho, cuando no mueven
un dedo frente a los sufrimientos de otros seres humanos».

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  • 28/08/2004 maria jose

    Es elcolmo! Me solidarizo con la pobre señora, pero de verdad es el colmo. Cuantas pobres amdres han visto a sus hijos ser asesinasdos frente a ellas y no reciben la adecuada ayuda, se recibe una respuesta como: lo siento señora, hicimos lo ke pudimos. Y ahora mesalen kon ke donaron mucha platapara encontrar al responsablede asesinar a un perro. Hh los invito a hacereso x esasmadres, si fuese así, estaríamos mucho mejr.

    02/09/2004 mar

    lamento lo del perro, pero al fin y al cabo era un animal, ese dinero recolectado deberian mandarlo a niños que los necesitan, y que la dueña del perro la manden a un siquiatra

    02/09/2004 mar

    lamento lo del perro, pero al fin y al cabo era un animal, ese dinero recolectado deberian mandarlo a niños que los necesitan, y que la dueña del perro la manden a un siquiatra