Una norteamericana asesina a su vecina para arrancarle el bebé del vientre

MERCEDES GALLEGO, Nueva York.

El estado norteño de Ohio, considerado este año como clave para ganar la Casa Blanca, fue hace una semana el escenario de un truculento crimen que sacudió la sensibilidad de todos los estadounidenses. El primer embarazo de la joven Theresa Andrews, de 23 años, era seguido atentamente por una vecina del barrio que ni siquiera conocía. Cuando se acercó el momento de dar a luz, Michelle Bica, de 39 años, inventó una argucia para colarse en la casa de la futura mamá y le pegó un tiro por la espalda con la intención de arrancarle el bebé del vientre y hacerlo pasar por el suyo propio. La Policía ha necesitado una semana para componer un macabro asesinato que ha concluido con dos cadáveres y un recién nacido. Theresa fue hallada ayer enterrada en el garaje de los Bica con una raja horizontal en el abdomen, su hijo en la cuna, pasando por primogénito del matrimonio, y Michelle, autora del crimen, suicidada de un tiro cuando se sintió acorralada por los agentes. Momentos antes de ser asesinada, la joven embarazada había llamado a su marido al trabajo para contarle entusiasmada que una mujer quería adquirir la furgoneta que vendían. Cuando volvió a casa, el esposo encontró la puerta abierta de par en par. Su mujer y el vehículo se habían esfumado. La Policía descubrió pronto el nombre de la compradora, Michelle, cuyo número de móvil figuraba en el registro telefónico como la última llamada recibida. El primer interrogatorio no arrojó pistas, pero las conversaciones con los vecinos mostraron una curiosa coincidencia: el día de la desaparición de Theresa, los Bica habían tenido un niño.