Un millonario alemán deja en su testamento 250.000 euros a la mujer que sea capaz de causarle la muerte durante el acto sexual

ENRIQUE MÜLLER/CORRESPONSAL. BERLÍN

El pasado mes de febrero, cuando cumplió 72 años, Rolf Eden comenzó a rumiar dos decisiones existenciales que concretó hace un par de semanas. El 'playboy' más famoso de Berlín vendió su discoteca Big Eden, un lugar de encuentro para toda la 'jet set' de la capital germana y, poco después, visitó a un notario para añadir un párrafo a su testamento.

Eden había resuelto donar la hermosa suma de 250.000 euros a la mujer que fuera capaz de hacerle feliz en la cama y de causarle la muerte por un placer infinito. El excéntrico millonario sólo puso una condición: su fallecimiento debía sobrevenir en medio del éxtasis del acto sexual. «Deseo morir en los brazos de una mujer hermosa», dijo cuando dio a conocer, 'urbi et orbi', el nuevo párrafo de su última voluntad. «Deseo morir después de tener un orgasmo glorioso», añadió.

El 'playboy' alemán, que hace honor a su apelativo, no es tan famoso ni tiene el glamour que tenía Gunter Sachs en su época, cuando toda la Costa Azul, incluida Brigitte Bardot, se rendía a sus pies. Sin embargo, Eden es lo suficientemente conocido en Berlín como para que sus intenciones sean aireadas por la Prensa.

«He recibido cientos de mensajes de todas partes del mundo», asegura este millonario, encantado del eco que ha tenido su pretensión de fallecer en los brazos de una mujer hermosa. «Algunas han descrito la forma en la que quieren matarme en la cama», agrega el 'playboy', que, a pesar de su edad, goza de un físico envidiable y representa menos años de los que tiene. «Sólo tengo que resolver dos preocupaciones cada día: qué automóvil voy a conducir y con qué mujer voy a dormir. Jamás he estado enfermo, nunca he practicado un deporte y todos los ejercicios que necesita mi cuerpo los hago cuando estoy con una mujer», suele repetir.

Rolf Eden abandonó Berlín cuando tenía algo más de 20 años y pasó hambre en Nueva York y París, aunque también conoció la vida nocturna en ambas urbes. Cuando regresó a su ciudad natal, en 1957, abrió un local en el que puso en práctica todos los conocimientos acumulados en el extranjero.

Casi medio siglo después, el empresario berlinés sigue disfrutando de la vida, con la esperanza añadida de conocer los encantos de nuevas amantes. «A partir de los 72 años, la muerte puede llegar en cualquier momento. Siempre me pregunté cómo debía morir un verdadero 'playboy'. Ahora sé que debe ser de un ataque al corazón después de un gran final».

Siendo premeditado..., sería asesinato?