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«Los coches se aceleraban solos»
Publicada : 01/01/1995
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I.U. Barakaldo
El empalagoso olor de lagasolina embadurnó ayer Sodupe. Y lo que es molesto para los vecinos es, sin
duda, aroma celestial para los vehículos. Curiosamente, los conductores que
cruzaron a mediodía la localidad vivieron súbitas aceleraciones. El alto nivel
de combustible en el aire revolucionó los motores. «Los coches se
aceleraban solos», relataban unos automovilistas sorprendidos, «Levantábamos
el pie del acelerador y, aun así, se mantenían las revoluciones.
Era increíble». Mientras los motores, que mezclan aire y gasolina,
recibían una concentración extra de combustible y se desbocaban, los agentes
trataban en vano de frenar los ímpetus bajo los capós.
BIp